Saturday, December 27, 2014

Las Cartas De Rol-Tan - III: Los Clientes De Rol-Tan - Tercera Parte

Empyrea
(Rol-Tan #8)
Querida Madre Natibeth:

Quisiera que sepas que estoy bien y que, a pesar de lo que puedas leer aquí, no estoy dispuesta a rendirme. Esta carta se me antoja muy difícil de escribir, porque hay cosas en las que no quisiera pensar ya mas, pero si no las dejo salir, supongo que me molestarán por siempre. Solo quiero que sepas que, todo esto ya pasó, y estoy bien, entera, y aun trabajando duro: no tengo ningun resentimiento por esto. Simplemente, son cosas que han pasado.

Algun tiempo despues de todo lo que te conté en mis cartas anteriores, varias de las personas que se fueron regresaron y, sinceramente, me gustaría decir que las cosas mejoraron desde entonces... pero estaría mintiendo.

Soul fué el primero. Cuando regresó, decía tener ganas de probar algo diferente, algo que lo hiciera sentir afortunado y carismático, así que le ofrecí un Lucky Luke. Incluso, para mostrarle que me sentía contenta de que hubiera regresado, le regalé una baraja de naipes y le dije "Siempre tendras fortuna con esto. Nunca perderás". Por supuesto, nunca estuve tan equivocada en mi vida, y eso ni siquiera me ganó una disculpa o un "lo siento" por lo de mis manos. ¿Como puedes hacer ganar a alguien que no desea ganar? Quizas esa es la pregunta que debí hacerme desde un principio. Lejos de usar las cartas para ganar de manera honesta, Soul las desacró, arruinando el bello trabajo artesanal que tu habías hecho en ellas, Mamá, para transformarlas en naipes trucados para hacer trampa. Nunca confió en mi, ni en si mismo y, al final, su treta no le valió de nada porque, aun así, perdió. Jamas volveré a regalar algo que me has dado, Mamá: lo prometo.

Giancarlo fué el segundo. Por supuesto, el tampoco se disculpó por los vasos rotos: estaba demasiado ocupado derivando un extraño y mórbido placer de la desgracia ajena y escupiendo odio a mi pan de lembas. Aun así, tengo que actuar como una profesional y servirle a todos mis clientes: quiero que estes orgullosa de mi. En esta ocasión, Giancarlo pidió algo que si sabía beber: un trago fuerte y plano. No obstante, me pidió los ingredientes para hacerlo aun mucho mas fuerte de lo normal y, Dios, que era fuerte. Por primera vez parecía estar contento y eso me aliviaba, aun si el trago no tuviera buen aspecto o sabor, realmente. Tan solo era eso, fuerte. Viendolo tan contento en los dias subsecuentes, me atreví a ofrecerle un Caballero De La Vieja República, un De Vuelta Al Futuro y un Protocolo Dorado. Me sentí tan contenta cuando los recibió de buena gana, aun si demostró que no sabía como debían consumirse. No obstante, con el pasar de los dias, comenzaron nuevamente las quejas, en especial con respecto al De Vuelta Al Futuro, diciendo que "tenía demasiados sabores" y que el "solo estaba interesado en tragos simples". Me sentí triste, una vez mas, pero mi trabajo es hacer que mis clientes sean felices, así que le traje un postre especial, hecho con esmero: un Parfait Lunar, un dulce de sabor simple pero intenso y profundo. Fue entonces cuando sucedió. Quizas eran los tragos, quizas era simplemente su manera de expresar lo contento que estaba. Nunca lo sabré. El hecho es que cuando pasaba cerca de su mesa llevando algunas bandejas pude sentir claramente como me miraban de una manera que, ciertamente, no me hacía sentir nada comoda. Me dije a mi misma...

-"Vamos, Empyrea, los clientes son libres de mirarte como les de la gana. ¡Tu tienes que ser perfecta!"

... y traté de ignorarlo. Simplemente caminé como si no hubiera sucedido nada, hasta que el dijo:

-"¿Cuanto cuesta un beso de la cocinera?"
-"¿P-Perdón?"
-"¿Que acaso no es cierto eso de que el cliente siempre tiene la razón?"

¿Que podía decir ante eso? Era como ser víctima de el agarre de un luchador profesional ebrio del que no puedes zafarte ni usando todas tus fuerzas. Estuve al borde de entrar en pánico pero, afortunadamente, alguien me llamó y tuve la excusa para irme de la silla. Quiero... Quiero pensar que tan solo fue una broma pesada, que tan solo quería ver mi reacción. Sin embargo, por alguna razón... no puedo pensar eso.

Luego llegó un cliente nuevo, alguien mencionado por casi todas mis hermanas: Oscar. Cuando el llegó estaba emocionada. Despues de todo, había escuchado que el había sido cliente de muchas de mis hermanas y que se había tornado una especie de "conossieur" de establecimientos como el mio. Su pedido fue, como fuera de esperarse, una bebida en extremo obscura y con un dejo oriental, así que le sugerí un Hatori Hanzo y pareció complacido aun si no era muy demostrativo. Es un tipo extraño: comenzó a venir relativamente a menudo e intempestivamente solo para mirar la carta y los recetarios y estudiarlos por horas y horas. Eventualmente, quizo hacer una bebida que nunca antes se había hecho, pues la cantidad de ingredientes necesarios excede por mucho la capacidad de un vaso, así que fue necesario el conseguir una máquina especial solo para crear dicha bebida. Al final, tuvo exito, y la nombró Dragón En Las Nubes (un hermoso nombre, si me lo preguntas). Aun así, no terminaba de entender QUE era lo que realmente quería, pues no parecía realmente disfrutar lo que le daba, prestando atención excesiva a todo lo que los demas consumían. Siempre estudiando, siempre maquinando, siempre escaso de palabras con esa expresión soñolienta. En cierta manera, me hace sentir como si no tuviera relevancia o importancia, como si tan solo fuera otra Rol-Tan mas en la larga lista.

Finalmente, César regresó. De todos, fué el único que vino a mi ofreciendome una disculpa, aun cuando era el que menos me la debía. Estuve tan contenta cuando ví que al menos alguien aparte de Papá se preocupaba por mí aquí que me serví a crear un par de postres únicos solo para el como una muestra de mi gratitud: Pangea Púrpura y Linea-Tiempo Mística. Desafortunadamente, y en mucho semejante a Papá (con quien conversa bastante estos dias), se encuentra considerablemente desorientado respecto a la manera correcta de degustar estos postres la mayoría de veces, así que tengo que acercarme y mostrarle, pero no me molesta realmente: sentirse apreciada no tiene precio. En estos últimos dias me ha pedido un trago complejo pero colorido: Psiquismo Salvaje. Aun no sabe muy bien como se bebe, pero esta aprendiendo a apreciar su composición, textura, y los matices particulares que le hacen tan rico en variedad. Es algo que me da gusto. Es algo que... hace que sienta que estoy haciendo bien mi trabajo. No obstante, aun sigue dejando algunos platos despues de apenas tocarlos y, me pregunto. ¿Realmente es mi comida buena o la gente tan solo la come por cortesía? Digo, están pagando por ello... ¿Porque habrían de desperdiciarlo? ... A veces no entiendo a la gente.

Como puedes ver, Mamá, no todo ha sido malo, solo difícil. Estoy aprendiendo a sobrellevarlo, pero me gustaría saber lo que piensas tambien. Leer tus cartas me hace sentir que estas cerca mio, al igual que Papá, y que no estoy sola. Me da fuerzas para seguir adelante contra viento y marea. Gracias por estar allí y siempre contestarme con celeridad.

Con amor:

Empyrea B. Tel'Hoon Paxx

Dissclaimer: La opiniones vertidas por Rol-Tan no necesariamente reflejan las opiniones del escritor.

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